lunes, 5 de junio de 2017

NOSTALGIA



*    *    *


En un mundo de pasados (ya) lejanos y de futuros cercanos,
La nostalgia brota como pétalos desgarrados,
Como lágrimas tímidamente escondidas,
Decadentes y puerilmente escindidas.


En definitiva, es un intento de regreso al comienzo;
De recuperar, infructuosamente, abriles que ya han vencido;
La flor desangrada de nuestras existencias se consume;
¡Somos melancolía!


¡Somos evocación!
Nos vaciamos;
Nos estamos yendo, sin damos cuenta;
Hacia una permanente vigilia.


Cada día que pasa es un día menos de vida;
Somos lo que fuimos y lo que seremos;
Pasado y futuro confluyen en el actual eterno.
¡Fulgor!


Recuerdos franqueados golpean, cíclicamente;
En un ahora permanentemente nacido y, a la vez, sometido;
Un futuro inconsistente al que jamás alcanzaremos,
¡Candor!


A día de hoy, terriblemente difuso y oscuro;
¡Asolador, para los más comedidos!
Por todo ello, la nostalgia se hace vigente como espíritu guerrero;
Copos de nieve intensa correteando por sienes encanecidas.


Vivas figuras;
¡Intensas, claman al céfiro y a la tormenta!
Rayos de vida;
Rayos de pena.


¡Hálitos fugaces!
Rayos expectantes;
Rayos en el ayuno;
Rayos en la contienda.


La nostalgia no tiene enmienda;
¡Insolente, se revela!
¡Se revela ante la hora suprema!
¡Se revela en el crepúsculo y se revela en la aurora!


Perenne nostalgia;
Hija vendita de la vida y del anhelo.
Marchamo de firmeza;
En la infinita permanencia.


¡Nostalgia!
Luz matutina;
Luz refulgente;
Luz serpenteando por las esquinas.


¡Nostalgia!
Tinieblas en oquedades y colinas;
En túmulos y valles;
En cúspides inalcanzables y en cárcavas marinas.


La nostalgia no se rinde;
Es constante redimida;
Es fuego de ave extinta;
Es mar de agua dulce y son resquicios que nos quedan de vida.


De vida atrevida;
De pensamientos extenuados;
Algunos no nacidos;
Abortados en vida.


¡Nostalgia!
Unos dicen: "¡la vida fue triste!";
Otros: "¡la vida fue bella!"
Yo no digo: ¡sencillamente, fue vida!


¡Vivamos en la pureza y en la fortaleza!
¡En la honestidad y en la bendita armonía!
¡Vidas imperecederas!
¡Altísimas vidas!


¡Nostalgia!
Cumplamos con el sagrado designio de lo eterno;
¡Insigne tradición!
En memoria colectiva.


De abuelos a nietos;
De padres a hijos;
Todos por igual;
Todos distintos.


¡Gloria en las altas cumbres del olvido!
¡Condena en valles del recuerdo perpetuo!
¡Nostalgia!
¡Nostalgia divina!


Evocación en el supremo;
Cuerpos en flagrante degradación;
¿La juventud? ¡Una engañifa!:
¡Un cuarto de hora brillando; tres, casi a oscuras!


La mesura compensa los destrozos del tiempo y de la pertinaz lluvia;
La sangre del altísimo contemporiza en el cobertizo del inmenso destino;
De un destino caduco;
De un destino sin tino.


¡Tiempos de nostalgia!
Tiempos de desesperación contenida.
Corazones palpitantes;
Corazones redoblando latidos en el colosal infinito.


¡Obstinada nostalgia!
Pálpitos de emoción;
Pálpitos de estremecimiento;
Pálpitos de una segura desaparición.


La nostalgia no odia a la muerte;
Es un descarnado hilo de vida;
Es una resistente empedernida;
Es una impersonal heroína.


Es guerrera inscrita en partida de nacimiento;
Es "Pepito" sin remordimientos;
Es fuente de nuestro último pensamiento;
Es agua cristalina.


¡Aguas primordiales, acógenos con maternal dulzura!
¡Permítanos sumergirnos en el mágico remanso de una paz sin orillas!
¡De una paz sin aristas!
¡De una paz distinta!



Santiago Peña



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