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Días sin Luz,
Días aciagos,
Días sin amor,
Días sin visión.
Tiempos azarosos,
Estercoleros en ebullición,
Mares en combustión,
Aguas en putrefacción.
La inteligencia se fugó, expondrán
unos,
El discernimiento se extinguió,
otros dirán,
La noche se quedó; la locura se
envalentonó,
¡La cordura, toda ella, se
esfumó!
¿No sé qué será de un esperanzado
albor?
¿Volveremos al entendimiento y a
una preclara verdad?
¿Reconquistaremos la desvanecida luminosidad?
¿Volveremos, todos, a vibrar con
un mismo diapasón?
No me siento de este mundo,
Ahogándome en remolinos de
introspección,
Abrasándome en centellas de
expiación,
Fagocitado en una eterna
desesperación.
¡Desde la simas más abyectas!
¡Desde el atrio de la pulsión!
¡No más falsas verdades!
¡No más asesinatos a la razón!
¡Océanos de amargura y sinrazón!
¡Consumiros ante la ingravidez de
una renacida ilusión!
¡Desaparecer en el mar del
infinito olvido!
¡Recuperemos la alegría de una
ingénita nación!
La verdad del humano no es
verdad,
La falsedad del humano no es falsedad,
Una vida en armonía es la verdad,
¡Comprensión, templanza, paz y
humildad!
Santi